Déjame por un instante
ser tu inspirada primavera...
Déjame ser esa brisa tempranera
que acaricia los árboles
mientras realizan el milagro
eterno y reiterado de su alumbramiento.
Déjame ser esa mariposa que danza
en la bella cercanía de tus ojos,
mientras una tibia llovizna tropical
se adhiere a tu piel y se evapora...
Podría ser sólo un sueño...
o quizá un deseo...
pero en mi corazón late
una renovada primavera,
y el deseo, ingenuo tal vez,
de ser el mensajero del aroma de los azahares
para que compitan con el perfume de tu piel
y la suave caricia de tus cabellos...
Déjame , entonces, por un instante
ser tu inspirada primavera...
.
Rodolfo