
Una leve brisa marina
despierta a la densa bruma
y un manto, húmedo y gris,
se apodera del paisaje...
A lo lejos,
rasguñado por olvidables pintadas y graffitis,
el murallón costero...
el murallón costero...
Sólo, frío, desnudo y abandonado a su suerte.
Desgastado por el tiempo y la intemperie
soporta la inclemencia de su destino...
Despiadadas las olas, insolentemente, lo golpean
y una lluvia de perlas opacadas se esparce,
buscando caprichosamente el espacio
Despiadadas las olas, insolentemente, lo golpean
y una lluvia de perlas opacadas se esparce,
buscando caprichosamente el espacio
como un llanto inédito y brutal...
Nadie parece estremecerse por su dolor...
Sin embargo, hoy he sentido esa brisa,
algunas de sus perlas rozó mi corazón.
Lastimado , herido y tembloroso,
murallón costero,
hoy siento que hay alguien más
que está con vos...
.
Rodolfo
.
Rodolfo
.
"La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente."
Carmen Martín Gaite