Domingo hacia el olvido, hacia la nada. Demasiado silencio (sólo un tango, sólo un rumor de estadios allá lejos) y nadie querría escucharse, sentir su sangre sola rodando, despeñándose hacia un terrible olvido, hacia la nada. El tango abre sus flores meláncolica en el café de solitarios rostros. Nada total, un cielo indiferente invade ya los cielos interiores. Y, enroscado a mi alma, el tango insiste. Triste mortal domingo con muchachas pálidamente huyendo hacia la noche. Es la vida escapándose, perdiéndose, sin salvación. Por las alcantarillas otro día se escurre hacia la nada. Sólo el tango persiste y aletea en el humo del bar sobre la muerte del domingo-metafísico, eterno. Alberto Natiello (De "Desconocidos de la noche") |
jueves, noviembre 10, 2005
TRISTE MORTAL DOMINGO
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2 comentarios:
prueba
Very nice site! »
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