martes, noviembre 29, 2005

MANOS

El amor por la madera, la repulsión por los metales,
hacen de mis manos, mis tensas manos,
dos seres contradictorios pero fieles al mundo.
Naturalmente prontas, amigas o enemigas,
con su debilidad un poco de mujer en otoño
aunque terribles de un corazón que no vacila,
casi siempre -siempre- dicen que sí a la vida
Pero otras manos inclinan mi ardua frente
sobre el polvo humillado:
esas que alumbran el pan carnal de cada día,
levantan esta casa, labran la piedra y la madera.
descifran el corazón de los motores,
También las nerviosas del tahúr,
También las de Catalina de Siena cuando en el ofertorio
sin querer las miraba y se mortificaba por encontrarlas bellas.
Y esas que en la cocina oscura -la miseria de amor-
aún aletean sobre los muertos días, altas
y sin olvido, oh pobres santas manos de la dorada sopa
de mi niñez, aún arden suavemente como lámparas,
como fuegos tranquilos de cada anochecer
se alzan desde mi corazón y arden aún,
viven aún...

(de" Desconocido de la Noche"-A Natiello)

viernes, noviembre 25, 2005

LA MASACRE DEL DESIERTO



En tu geografía, sin diques, ni puentes,
ya el progreso oscuro dejó su simiente...
niños desnutridos,
aguas malholientes, mares sin cardúmen,
trigales que mueren.
Hoy se cumple un siglo,
en que un mequetrefe,
con la espada ergida
y sangre caliente,
abrazó tu verde pastura reciente,
y manchó con sangre de noble vertiente,
tu bello paisaje , sin nubes ni nieve...
Luego inventó un "gaucho",
cruel, pendenciero,
e hizo cruel escarnio,
llamando "progreso",
a que un grupo, espúreo,
guerrero y avieso,
masacrara impune al indio indefenso.
Y donde antes sólo el viento reinaba,
surgieron fortines, clarines, murallas,
y un horror de pólvora,
abatió las lanzas
Y así murió el "indio",
el sol, la mañana...
el aliento duro que el pampero* daba,
la paz del desierto, que hasta ayer reinaba,
y viste al "gringo", ganar cien batallas,
a "hordas salvajes" como las llamaban,
sucumbiendo en sangre la historia nativa,
en la cruel porfía, que aún hoy lastima.

Rodolfo (9-79) (de "algunas pequeñas..)
(al cumplirse cien años de la campaña al desierto en Argentina)

*Pampero: Viento cálido del este.

viernes, noviembre 18, 2005

YO NO SOY ZUPAY, HERMANO (Norte Argentino)


Ahora que me tenés aqui en el cepo, che comisario,
matame si querés.
Yo te digo no soy Zupay , el espléndido
en estas tierras de dolor.
Yo dormía la siesta borracha de sol
y es cierto que había bebido algunas copas,
para dormir la tristeza de verme hecho un vago,
sin amor, sin mujer, la misma que vos me robaste...
Te acordás, che comisario o no?
Matame, si querés. Total me vas a hacer un favor...
Para vivir sufriendo como un despojo lleno de estiercol,
tupido de piojos...porque me dejaron caer en la vida
y nadie me dijo:-Levántate si sos hombre! Esta es la porquería,
el mal , el abandono.Tenés que ser fuerte y no aflojar que para eso
tenés la traza de macho y las piernas para levantarte
y volver a andar!...
Pero yo no soy Zupay, hermano. Talvez sí; un pobre Zupay que dá
lástima porque despúés que vos me robaste la única mujer que me quiso,
me vieron vagar por estos lugares llorando como una pobre
criatura sin madre.
Matame ahora que me tenés en el cepo! Dale! Abrime la piel a puntazos,
si querés.
Ya es tarde. Tu hija no era tuya hermano. También me la quitaste.
Era mía aún cuando yo la sentía en el vientre de mi hembra buena, una compañera,
tan compañera...
Pobrecita mi niña!...Corría, corría alocada por la alameda, allá
donde los árboles te dan la sombra sin cobrarte nada.Estaba asustada
mi niña. Decía corriendo, llorando con miedo: "Papá, Zuzay! Zupay!
Zupay me agarra!...
Entonces me levanté, corrí tras ella para decirle que no tuviera miedo
y volverla a tu rancho.Ya vés...Así es hermano.
Pero la niña corría entre los árboles y con más miedo que antes.
Mi traza, hermano, la había espantado. Yo corrí como un desesperado
para decirle que se tranquilizara, que yo no era Zupay.
-Soy tu padre, hijita querida! Yo no soy Zupay; almita, almita!...
Cayó la niña tal vez sin aliento, su rostro pálido y demudado.
Me acerqué temblando con miedo de herirla con mi mano puerca.
Parecía dormida...Era un serafín tendido en el pasto...
-Almita, almita...Despierta! Vuelve a la vida!..Yo no soy Zupay,
querida!
Me tendía junto a ella, le besé la mejilla que estaba fría, tan fría...
Después no se lo que hice...Llegaste vos, che comisario con todos
tus perros que me despedazaron la ropa, los andrajos, las manos,
los brazos.
...Pero yo no lloro, hermano por eso. Mi niña ha muerto.
Haceme el favor, hermano acaba pronto conmigo. Matame!...
Matame!...
Para que quiero la vida si estoy hecho una bestia, un hedor humano!...
Terminá conmigo, che comisario. Total nadie te va a decir nada
porque me hayas hecho la gracia...Vos sos el rey en estos pagos.
Y hay tantos desgraciados que ya están solitos del otro lado, que uno más...
Pero te lo digo en serio: yo no soy Zupay! Soy un vencido por tu autoridad. Escuchame, hermano, una vez más. Yo soy Zupay!
Zupay...sos vos! Vos sos, Zupay.

(De "Bolivar de las acollaradas" L.B.Natiello)



martes, noviembre 15, 2005

CIELO DE OTOÑO

Si yo te dibujase contra el cielo

(cielo de otoño de jardín solitario)

pronto te borrarías como nube

arrastrada por los vientos que soplan del otoño.

Oh pasajera, ¿quien detiene

a esa huyente, mortal, adorable vida?

El canto de tu sangre también huye

al silencio y tu boca al olvido.

¡Sólo yo, el temeroso, quisiera retenerte

y sujetarte como a raíz eterna!

Pero el amor doliente que yo apuraba

en esa copa presta a romperse,

y los trigos undívagos y las noches

altas y silenciosas,

¿eran mi sed de engaño o un estío inmortal?


jueves, noviembre 10, 2005

TRISTE MORTAL DOMINGO

Domingo hacia el olvido, hacia la nada.
Demasiado silencio (sólo un tango,
sólo un rumor de estadios allá lejos)
y nadie querría escucharse, sentir
su sangre sola rodando, despeñándose
hacia un terrible olvido, hacia la nada.

El tango abre sus flores meláncolica
en el café de solitarios rostros.
Nada total, un cielo indiferente
invade ya los cielos interiores.
Y, enroscado a mi alma, el tango insiste.

Triste mortal domingo con muchachas
pálidamente huyendo hacia la noche.
Es la vida escapándose, perdiéndose,
sin salvación. Por las alcantarillas
otro día se escurre hacia la nada.
Sólo el tango persiste y aletea
en el humo del bar sobre la muerte
del domingo-metafísico, eterno.

Alberto Natiello (De "Desconocidos de la noche")

miércoles, noviembre 09, 2005

Una niña triste



Yo pasaba alegre, por la bella casa,
cuando de soslayo, vi una niña extraña,
no se sonreia , ni jugando estaba,
La ví tan quietita en la bella casa,
y una angustia cruda,perforó mi alma.
Viví su dolor, sufrí en su mirada,
cuando por su rostro se paseo una lágrima...
No llores mi niña, verás que ya pasa
y el buen Dios que a todos ,
nos brinda su gracia,
te dará con toda su divina magia,
la vida a tus piernas,
que no tendran vallas,
alegría a tus ojos...
que no tendrán lágrimas.

Rodolfo 3-5-66 (De "algunas pequeñas..)

viernes, noviembre 04, 2005

Una lágrima



Hoy vi rodar una lágrima en tu rostro
lágrima sutil, lágrima vana?
lágrima sin razón?...
Un destello carmín ,
surco tus labios,
buscó refugio, y se ocultó a mis ojos.
Y tu no sabes, lo que yo sí se,
he visto esa lágrima ,tan dulce caer.
Pero tu sí sabes y yo no lo se,
porque esa lágrima hubo de nacer.
Daría el universo por poder saber,
si he sido la causa de tu padecer
Temo si contestas...
Temo tu dolor...
Y tu ya lo sabes,
Y yo no lo se...

Rodolfo 2005

martes, noviembre 01, 2005

NOSTALGIAS


Que ganas de encontrar
en este día, tan falto de calor y de alegría,
aquel pueblito que me mostró la vida,
con sus sierras, arroyos y sauzales,
la paz de su placita, sus palmares,
el lago acogedor, sus bellas aves,
las calles de tierra
y la familia grande.

Rodolfo (1980) (De "algunas pequeñas...)

DIALOGO CON MI OTRO YO (En un Viaje a San Vicente)



DIALOGO CON MI OTRO YO (De un viaje a San Vicente).

Cae la tarde, cerca está la hora del fin de la jornada.
Esperamos ansiosos acabar con la rutina cotidiana.
El vigía capitalista de nuestros esfuerzos perezosamente gira sus manecillas que se niegan a reconocer el fin de la tarea diaria... pero llega.
Un cajón que se cierra, una máquina de escribir comienza su descanso bajo una funda prepotente y arrugada, las escaleras que se asocian a nuestra premura, y por fin, tras la puerta, el aire, filtrado de hollín, pero libre... nuestro.
El autobús nos espera con su asiento esquivo, nos separan noventa minutos de la paz...o la guerra.
En el trayecto nuestra vista le disputa a nuestros sueños el control de la mente.
Se enfrentan ásperamente las visiones de la arboleda que pone fin al casco urbano, la minifalda audaz, el letrero provocador, con el recuerdo del jefe, la arenga del delegado, la discusión con el compañero, el aumento prometido.
La lucha se prolonga y se desgasta...El camino se deshace detrás nuestro.
A lo lejos divisamos la parada...Es la nuestra.
Doce horas separados del llanto del bebé, del gasto del almacén, del descanso, del reproche, del cobrador...del encuentro con lo que amamos.
Por fin, tras la puerta que se abre, y con el grito del timbre resonando, dos sonrisas tiernas nos regalan ese mundo de paz que procuramos.
Las estrellas nos miran con envidia, y la luna nos invita a descansar hasta mañana.
la lucha terminó.

Rodolfo (1974) (De "algunas pequeñas...)

Pregunta



Es morena, rubia, encarnada...?
lo ignoro.
Su nombre...? recuerdo que es sonoro y dulce
como el de los amantes que desterró la vida.
Su mirada se parece a la mirada de las estatuas,
y en cuanto a su voz, lejana, calma, grave,
tiene la inflexión de las voces queridas que se han ido...
PAUL VARIAINE